Encerrados en cabinas, vigilados por los burocratas administradores del examen, los aplicantes pasaban el infierno de leer a los clásicos y escribir sus composiciones. El modelo fue adoptado en Japón, pero se abandonó eventualmente con la apropiación del conocimiento occidental y la doctrina de "abandonar Asia e ingresar a Europa". Sin embargo su influencia aun persiste socialmente, en estos infiernos de examinación.
Este Sábado y Domingo mi universidad se convierte en gigantesco dispositivo de examinación. Enfundados en sus trajes, los mismos que se usan para la busqueda de trabajo, los pasillos se llenan momentaneamente de aspirantes a cursar alguna maestria. Primero la Lengua extranjera... una hora y media, despues el ensayo, durante dos horas, una hora de descanso para la comida y finalmente una entrevista con el comité. Así, como parte de mi experiencia japonesa ya viví el infierno de la examinación. Un monstruo que me persiguió el último año y medio. Cuando llegué, era incapaz de seguir con totalidad las clases de japones en Japones y no podía escribir una línea. Ahora hice mi entrevista usando lenguaje formal y pude leer la pregunta del examen, entenderla, y contestar con mi propio ensayo a lápiz en hoja y media.
¡¡¡¡Felicidades, manix!!!!
ResponderBorrarSeguro pasas... guardaré la imagen como recuerdo de la mexicana poso-sentona más aguerrida de ese lado del pcífico...
Abrazos,
Yag